domingo, 7 de octubre de 2007

Latino Sonata Soledad



La ultima vez que toco fue para una pareja que se casaba de manera improvista, le toco hacerlo en una ceremonia en donde al parecer si cuentan las emociones ,era medio día en una prisión fuera de la ciudad mientras sentado al piano tocaba una de Bach.

Cuando uno se dedica a la música sobre todo a la clásica nunca se le pasa por la mente interpretar una pieza para alguien en prisión, sin embargo, sucede y sin embargo uno se da por bien servido… ¿y es que quien se podría comprometer encerrado? entre cuatro paredes, respondiendo a un sentimiento absoluto, al cual solo tendrás acceso dentro de un régimen estricto de visitas ¡valla! Que a uno si lo ponen a reflexionar, sobre todo cuando uno elucubra en todo aquello con el tiempo permisible y fuera de ese espacio, ¿será entonces aquello que llaman amor?

¨Es que acaso no sabes que el amor como el poema se define a si mismo en cada uno¨ decía el poeta boricua allá en la isla y mientras tanto yo aquí tentando la vida ajena…

Toda tarde después de estar al violonchello como era de costumbre y luego del café salía a caminar antes de que anochezca, ocupe el habito de entrar a esas cabinas que cada vez mas se multiplican, fue ahí entonces que por vez primera vi a ese chico del cual ni el nombre sabia, eso si, era muy simpático y yo estaba dispuesto a hacer algo para hacerme notar…

Regrese luego de aquel día tres veces mas, mirándolo con desparpajo cada vez que lo encontraba, un día después de decirme ¡Maldita sea! Hazlo de una vez. Compre un chocolate y por pura cobardía de no dárselo mirándolo a los ojos espere que se fuera al baño y se lo deje encima de aquel teclado en aquel pequeño habitáculo, era momento entonces de irse ,de salir corriendo ,no estaba dispuesto a comerme esa vergüenza ,no todavía.

Salí rápidamente y al tomar distancia pude ver como salía a ver totalmente desconcertado quien era el presunto responsable de tal impronto gesto. No me quedo más que regresar a casa, era seguro que aun no era el momento.

Luego de dos tardes, dos noches ,un día de luna menguante en soledad, una copa de vino ,dos cafés ,una al levantarse ,otra por la tarde,los bosques silenciosos y el rondo opus 94 decidí aventurarme devuelta por aquellas inmediaciones ,pero nada ,no lo veía por ningún lado ,así que regrese por el mismo camino que dictaba la vereda

Al voltear la esquina lo vi esperando cerca de casa, llevaba un pantalón de vestir de color marfil, una camisa a cuadros bajo un suéter delgado y negro, un cigarrillo en la boca; Me dijo entonces: Tú eres el del chocolate
Seguro de serlo me quede pasmado en ese momento, sin aliento, con el corazón en la boca…

Prosiguió diciendo: los chocolates siempre han sido una buena forma de endulzarle la vida a las personas, lo que no se aun es como sabias cual era el que me gustaba…

Y fue así como empezó nuestra amistad y luego un abrazante romance, hacerlo en cualquier parte se volvió una cosa normal.

Luego de veintiséis tardes ,cuarenta y ocho noches ,siete días de sol de primavera tardía compartida, quince botellas de vino ,cuatro litros de café ,los bosques silenciosos y el rondo opus 94 desapareció sin dejar rastro

Una mañana llego por debajo de la puerta una carta con sellos de Barcelona y aquella envoltura del chocolate que mucho atrás le obsequie; Decía en la carta:

No se puede ser tan puto en un país como el nuestro, sin embargo aquí estoy ¨inter lacrimas et luctum ¨ Te pido me perdones con el corazón que demanda el porvenir
Siempre tuyo.


Giuseppe.

Aquella noche después de todo con una atonalidad llena de lirismo toque sin cesar las seis suites de Bach mientras sentía que el alma se iba atravesando el umbral de la puerta…

Todo se puso oscuro al concluir el ultimo lastre que le propicie a las cuerdas del violanchello, luego recordé la boda en la prisión y es que a veces uno piensa de que el amor esta mas seguro entre cuatro paredes; porque sabes que de ahí, no se te escapa.